El huracán Florence se abatió con fuerza este viernes tras tocar tierra en la costa atlántica de Estados Unidos con vientos de 150 km/h y lluvias torrenciales que amenazan con provocar "inundaciones catastróficas", según las autoridades.

"El huracán Florence tocó tierra cerca de Wrightsville Beach, en Carolina del Norte, a las 07H15 (11H15 GMT) con vientos máximos sostenidos de 150 km7h", señaló en un tuit el Centro Nacional de Huracanes (NHC), organismo con sede en Miami.

El impacto del huracán fue precedido por violentas ráfagas de viento que comenzaron a azotar la zona desde las 05H00 locales (09H00 GMT), proyectando además trombas de agua en todos los sentidos, que provocaron la voladura de escombros y señales de tránsito.

La ciudad portuaria de Wilmington, en Carolina del Norte, se despertó con el sonido de varias detonaciones, posiblemente de transformadores eléctricos que explotaron, según indicó un periodista de la AFP en el lugar.

El huracán continúa siendo muy peligroso pese a haberse degradado a categoría 1 en la escala Saffir-Simpson que llega hasta 5, advirtió el NHC.

La tormenta provocará este viernes marejadas peligrosas y continuarán los vientos huracanados a lo largo de la costa de las Carolinas, donde se esperan grandes inundaciones, de acuerdo al reporte.

Brock Long, director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), ha advertido a la población de tomarse al ciclón seriamente pese a que se degradó de categoría.

En Carolina del Norte unos 150.000 hogares se encontraban sin energía eléctrica, según el servicio local de emergencias.

- No bajar la guardia -
El director de la FEMA instó a no bajar la guardia "sólo porque la velocidad del viento bajó".

En tanto, Steve Goldstein, director de la agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), advirtió que "se producirá un aumento del nivel del agua de 1,8 a 2,7 metros".

Los vientos huracanados también se sentían en la localidad de Myrtle Beach, en Carolina del Sur, que estaba prácticamente desierta.

Algunos habitantes ignoraron las exhortaciones a evacuar. Jeff Cunningham decidió permanecer en su bote, amarrado en la marina de North Myrtle Beach.

"Durante 20 años, me quedé en cada huracán; no va a ser demasiado grande", dijo a la AFP en la noche del jueves.

"Tengo todo lo que necesito, 200 galones (750 litros) de agua, un generador ... Aquí es el mejor lugar", agregó.

Al igual que en muchas otras localidades de la costa, las autoridades instaron a evacuar el martes e impusieron un toque de queda. Para aquellos que no pudieron o no quisieron irse, se abrieron varios centros de refugio.

En un refugio cercano a Myrtle Beach, Rebecca Cheledlik, de 71 años, dice estar feliz de conocer gente nueva. "Para mí es como una fiesta, vivo sola así que esto me parece una vacación", dice sonriente.

Un equipo de voluntarios de la organización Cajun Navy viajó desde Luisiana, que sufrió graves inundaciones en 2016, para atender a posibles víctimas de Florence.

"Socorremos a la gente en botes, hacemos envíos, ayudamos", dijo a la AFP Rob Gaudet, uno de los fundadores de Cajun Navy en Baton Rouge, la capital de Luisiana en el sur del país.

- "Inundaciones letales" -
Las órdenes de evacuación alcanzaron a unas 1,7 millones de personas en Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia que emprendieron camino el miércoles para refugiarse de la tormenta.

Cinco estados declararon estado de emergencia: Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Maryland y Virgina, además de la capital Washington.

Las fuertes lluvias generadas por Florence duraran varias horas sobre el litoral y luego se extenderán tierra adentro.

Según el Servicio Nacional de Meteorologia (NWS), unos 4,9 millones de personas sufrirán precipitaciones de más de 250 mm en los próximos cuatro días.

Brock Long advirtió que "las inundaciones tierra adentro pueden ser letales y van a ocurrir".

"Habrá daños de infraestructura, y cortes de energía que podrían durar días o incluso semanas", agregó.

Duke Energy, una empresa eléctrica presente en las dos Carolinas, estimó que unos tres millones de clientes quedarán sin electricidad por la tormenta y que podrían tardar hasta una semana en restaurar el servicio.